
El peor mal de amores que viví me duró como dos o tres años y fue con un tipo con el que ni siquiera llegué a empezar una relación. Pero ¡cómo me costó superarlo, carajo! Tuvimos algunos desencuentros bastante extraños y dolorosos (para mi, no para él) quedé muy enganchada y envenenada. Con una horrenda y complicada tusa.