DY- Buenas tardes Baltazar, ¿cómo te estás sintiendo estos días, has tenido algún achaque de mal de amores?
DY- ¿Cuáles eran esos impulsos obsesivos?
BV- Pues cuando recibí el balde de agua fría, es decir, cuando Helena me abandonó, adopté la mala costumbre de vigilar la puerta de su casa. Ni bien tenía un momentito, me iba en mi auto hasta donde ella vive y me quedaba afuera, esperando a que saliera o a que alguien entrara, para meterme. A causa de ello perdí mi empleo, pues un día no fui a trabajar por quedarme vigilando.
DY- ¿Y qué decía Helena a todo esto?
BV- Pues, que iba a llamar a la policía si no la dejaba tranquila. No fue demasiado paciente conmigo, pues creo que llegué a irritarla con mi actitud.
DY- ¿Cuál fue el remedio que utilizaste para superar esta pena de amor?
BV- En un principio me puse a fumar marihuana como un obseso. Eso me ayudaba a olvidar. Luego tuve que frenar la ingesta porque me estaba poniendo gordo, ya sabes doctora que el porro provoca hambre. Pero además, me estaba empezando a doler la cabeza y no me sentía bien.
DY- Es cierto que el porro lo pone a uno más gordo, sólo por eso me alegro de que hayas dejado esta maravillosa droga, pero y entonces, ¿cómo lograste salir?
DY- ¿Salías con varias chicas a la vez?
DY- ¿Crees que eso de verdad te ayudó a hacer el duelo por la mujer que amabas?
DY- Bueno, Baltazar, según mi diagnóstico, has hecho las cosas bien. Y se te ve muy aplomado y contento. Que tengas suerte.