viernes, 16 de febrero de 2007

Todo sobre la resaca

El mal de amores tiene varios hermanos: la soledad, la depresión y la angustia son sólo algunos. Otro gran pariente de este mal es la resaca, pues es sabido que un corazón despechado que quiere olvidar sus penas por un rato, acude cada tanto a los excesos del alcohol.



El precio de la resaca es sin embargo, bastante alto y no todo el mundo sabe cómo sobrellevarlo. La resaca, como dice el bilbaíno Juan Bas en su “Tratado sobre la resaca: Guia de supervivencia para los que beben sin sed”, pone al alma en contacto, en comunicación directa con lo mejor y lo peor de los infiernos de cada uno".



"La resaca escarba en nuestro fondo más oscuro, el que ni siquiera nosotros conocemos o nos atrevemos a conocer del todo, y hace aflorar de las negras profundidades aspectos sorprendentes que pueden ir desde lo espeluznante hasta lo grotesco o abyecto pasando por lo sublime, rara vez, o lo patético, más frecuentemente”.



Sin embargo, una vez hecho el pecado, existen algunos mecanismos para quitarle fuerza a la resaca.



Una de estas es intentar que el organismo absorba el alcohol más lentamente y acompase mejor el ritmo del trabajo hepático. Esto se logra blindando el estómago antes de empezar a tomar, con una cucharada de aceite de oliva virgen, un vaso de leche o algún alimento rico en grasas.



Comer antes, durante y después de beber sin sed también es otra forma de evitar caer en desgracia. Los rusos, que toman el vodka de un tirón en sus vasos, alternan su bebida nacional con una preparación de pepinos y picles y también con arenques, todos alimentos bien salados.



Hay quien recomienda el fármaco Resalim "para tomar antes del combate". Se trata de cápsulas de estracto de alcachofa, arándanos, piña y grosella enriquecidas con vitamina B1 y B6.


Los remedios pos- jarana abundan. Entre los amortiguadores más comunes está la aspirina, que funciona mejor si se ingiere antes de irse a dormir, o el Alka Seltzer. Tiene, como la aspirina, ácido acetilsalicílico. Se compone además de ácido cítrico y bicarbonato de sodio.



Otra buena estretegia es ingerir comidas y bebidas ricos en vitamina B y C, minerales y glucosas. Todas esas cosas buenas que expulsamos agresivamente durante esos ratos de locura.



Pero sin duda es el agua, ese líquido a una vez frígido y celestial, el único antídoto necesario y eficaz contra la resaca. Lo ideal es tomar mucha agua antes de irse a dormir, aunque no se sienta deseo de hacerlo. Hasta lo más malo tiene su lado positivo. La seudo felicidad que traen esos litros de agua que el resacoso sorbe con desesperación en la mañana del después, se la debemos a la resaca.



La Coca Cola, por su poder reanimador puede hacerle frente dignamente a la mala mañana. El zumo de naranja recién exprimido también hace lo suyo pues repone vitamina C. El café no es recomendable.



Otro gran consejo es no reprimir las ganas de vomitar, sino todo lo contrario. Vomitar es el camino más soez y eficaz de contrarrestar el sufrimiento de una resaca.



Plinio el Viejo (23 a 79 d.c) contaba que durante sus bacanales los romanos adornaban los lugares de juerga con violetas, en la creencia de que las aromáticas flores disminuyen los efectos del alcohol. Para los males del día siguiente Plinio recomendaba una infusión de cardos y artemisa y visitar los baños públicos. Otro historiador, Suetonio, que vivió más o menos entre el 70 y el 140 d.C contaba que el degenerado de Calígula combatía las resacas con infusiones de poleo y ordenando alguna ejecución.



A nadie le va a resultar práctico este dato, pero no deja de ser curioso: en China se afirma que comer una pequeña ración de sesos de caballo es bárbaro para la resaca.



Hay quienes dicen que la mejor manera de combatir una resaca es tratándola como una leve enfermedad: agua, cama y algún analgésico.


Otros, más temerarios, le hacen frente con el mismísimo veneno que los envenenó. Por eso, bebidas como la cerveza o el Bloody Mary también son populares en el manejo del sórdido malestar.



Para preparar un Bloody Mary se mezcla con hielo una parte de vodka, cinco de zumo de tomate, unas gotas de sals Worcestershire, pimienta blanca, Tabasco, zumo de limón y sal. Cuentan que Frank Sinatra se lo tomaba con una ramita de apio. Una variante menos audaz es sustituir el vodka por infusión de manzanilla.



Pero el mejor remedio de la resaca es el silencio, la introspección, la quietud, la sombra y el sosiego. Con lo que mejor se lleva es con un cómodo sofá y con un poco de lectura liviana.



Con un lugar pacífico, preferiblemente sin gente, que induzca a dormir una muy merecida siesta.