miércoles, 30 de mayo de 2007

El Mal de Amores de Tamara

Generosamente una chica española, Tamara, nos envió su carta contándanos su pena de amor:

¿por qué no puedo olvidarle? ¿porqué cada vez que veo nuestras fotos juntos no puedo soportarlo y empiezo a llorar? ¿por qué, si fue él quien me dejó, quién me abandonó, quien se rió de mis sentimientos, por qué no puedo olvidarle? ¿por qué todos los días son igual de grises, de feos, de tristes...? ¿por qué sigo tan enamorada de él? Esto es horrible doctora. no puedo soportarlo!. Ya han pasado dos meses desde que me dejó, y yo esperé como una idiota.

Esperé, porque cuando me dejó, me dijo con los ojos llenos de lágrimas que esto no era definitivo, que sólo nos estábamos dando un tiempo, que necesitaba aclararse y pensar... que cuando supiese lo que quería me lo diría. que esperase. Y yo esperé. Esperé como una imbécil, llorando sufriendo y adelgazando hasta quedarme en los huesos. Y él no daba señales de vida. Así que cuando pasaron 45 días, me cansé de esperar, y le envié un e-mail. En él le decía que ya había tenido suficiente tiempo. Que quería que me dijera algo, que ya estaba harta de esperar y de comerme la cabeza pensando en si me quería, si no me quería, si nunca me había querido, si quería volver, si no quería, si ya quería a otra... Que por favor, fuese él quien me dijera lo que pasaba. Que yo seguía hechándole mucho de menos, y que necesitaba saber la verdad. En esa carta que le envié, volqué todos mis sentimientos, mi corazón, mi dolor... todo. Y para qué?

Pues para que él me contestase también por e-mail una carta de cuatro líneas, fría, distante, como una carta comercial. Llamándome por mi nombre completo, sin cariño, sin nada. Diciéndome "que se sorprendía de que le hubiese escrito, pero que también se alegraba, porque así se arreglaban las cosas de una vez. Diciéndome que " no podemos estar juntos porque no está enamorado de mí. Que si siguiésemos juntos ninguno de los dos sería feliz porque simple y llanamente no hay amor. Que espera que algún día podamos llegar a tener una bonita amistad, y que podamos acercarnos para hablar si nos apetece sin necesidad de hablar de más. Que gracias por entenderlo. Un abrazo" Así. Tal cual. En cuatro líneas mal escritas se cargó mi corazón de golpe. Tan frío y tan cínico. Una carta escrita deprisa y corriendo para pasar lo más rápido posible ese trance desagradable que se le presentaba, y así poder seguir con su vida. Un mes y medio esperando, y él haciendo como las gallinas. Esperando a que el temporal se pasase sólo, para no tener que dar la cara...

Y lo peor de todo, es que por lo único por lo que no quería tener problemas conmigo, es porque al poco de dejarme, se hizo amigo de mi hermano, y venía a mi casa, a mi gimnasio, a hacer ejercicio con él casi todos los días. Encima eso. No sólo me dejó, sino que se rió de mi. El muy cabrón. Así que le contesté con otro e-mail. Le dije que me había decepcionado, que no había dado la cara cuando debía. Que no me interesaba tener amigos así, ni tampoco perder el tiempo con gente como él. Que era un cobarde. Que él unico tiempo que nos teníamos que haber dado, era el suficiente para que él se hubiese ido a tomar por el culo, cosa que por mi parte, ya podía ir haciendo." ¿cómo pudo ser tan impresentable? No me tenía ningún cariño, eso es lo único que me está demostrando. Que todo el tiempo que estuvimos juntos, fue puro teatro. No puedo creer que las cosas cambien tanto en tan poco tiempo. Que un día estés con una persona, y al siguiente haga como que no te conoce.


Y yo trato de olvidarle. En serio que trato de olvidarle, con todas mis fuerzas. Salgo por las noches, bailo, estoy con más gente, escribo, leo, paseo, estudio, hago deporte, juego, duermo, escucho música, voy al cine... Y hacer todo eso cada día me cuesta más. Cada día que pasa me cuesta más aguantar las lágrimas, finjir delante de la gente que estoy bien. Pero no estoy bien, no, porque le hecho muchísimo de menos, porque estoy segura de que era el hombre de mi vida, y saber eso, tener esa certeza absoluta, es horrible. Rechazo a todos los idiotas que se me acercan, porque no soy capaz de imaginarme con ellos. Sólo con él. Pero él no me quiere, no está enamorado de mí. Nunca lo estuvo.