domingo, 15 de abril de 2007

Quitando clavos y poniendo otros

¿Un clavo saca otro clavo? A veces, un buen amigo o amiga pueden servir para ayudar a distraerse un poco de la propia melancolía.

Pero cuidado, ¡porque también puede suceder que te queden dos clavos adentro! Así que aquél dicho según el cual, un clavo saca otro clavo, no es más que una frase popular, formulada al descuido y repetida con bastante ligereza. La verdad es que cuando uno atraviesa una pena de amor, su ego queda convertido en un manojo de vidrios rotos.




Si además, esa persona busca otro amor y esa relación no tiene éxito, el ego sufrirá aún más, la autoestima quedará hecha añicos. Lo peor que se puede hacer con una pena de amor es intentar evitar el dolor que esta conlleva. ¿Qué hay de malo con el sufrimiento? Éste es parte de la vida, conviene darle su espacio y su tiempo. Tarde o temprano, lo exigirá.