Pero más interesante es lo que dice sobre el diagnóstico del Mal de Amores: "’El diagnóstico del mal de amor es considerado legítimo y útil. Como decían los antiguos médicos, el mal de amor es: pensar fijamente en el amado, tener melancolía, estado de éxtasis, violenta oscilación en el humor’. Les decían obsesiones o manías, pero no eran.
En las primeras páginas se pone a criticar a la psicología y a la medicina porque nunca tomaron muy en serio al amor: "Como psicólogo clínico, tengo la impresión de encontrar en esto a muchos de mis pacientes y no puede ser definido de otra manera. Se van con diagnósticos oficiales de depresión o disturbios de ansiedad pero en realidad son la específica experiencia del enamoramiento".
El amor, dice, cambia profundamente a la persona, la influye del modo en que piensa y se comporta, y cuando no es feliz le causa un verdadero y propio malestar físico.